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Es innegable que América latina y el Caribe es una de las regiones más complejas del mundo y la que quizá mayores cambios en materia social, económica y cultural ha experimentado en las últimas décadas.

Sin embargo, una constante en la región han sido la enorme desigualdad social, la exclusión y los antagonismos sociopolíticos, como elementos que han definido, en gran medida, las sociedades donde actualmente vivimos. Ante este panorama, las y los jóvenes de la región no son espectadores pasivos, sino más bien una fuerza viva que se manifiesta a través de diversas formas y en distintos escenarios.

A pesar de que la noción de juventud, como la racionalizamos actualmente, surge a partir de la revolución industrial, en América Latina y el Caribe el concepto y su abordaje es relativamente nuevo, aun en construcción y en correlación directa a la dinámica de cambios acelerados por los que se caracteriza la región. Las y los jóvenes latinoamericanos y caribeños se enfrentan a una realidad fragmentada y compleja, que los define de forma ambivalente. Por un lado, desde las instituciones; como disidente, como criminal y como objeto de protección, incapaz de velar por sus propios intereses. Y por el otro; desde la perspectiva de colectivos y organizaciones civiles, como sujeto de derechos y como actor de cambio en la construcción del futuro. Esta disyuntiva ha provocado una serie de inconsistencias en el diseño de políticas públicas enfocadas a la juventud por parte de los estados. Y también, el surgimiento de modelos alternativos de organización y construcción colectiva por parte de un grupo cada vez mayor de colectivos juveniles a lo largo de todo el continente.

Por otro lado, la juventud en Latinoamérica y el Caribe, dentro de un contexto global, se caracteriza por vivir en un mundo de avances tecnológicos que avanzan aceleradamente, posibilitando el surgimiento de nuevos esquemas para comunicarse, y para generar y transmitir información, en oposición a las instituciones históricas, como la familia, la escuela o el estado, las cuales han perdido legitimidad al no conseguir dar respuesta a la serie de planteamientos que el mundo moderno esgrime, y por negarle a las y los jóvenes la posibilidad de participar activamente en la toma de decisiones dentro de las sociedades de las que ya forman parte. Relegándolos a espacios de alteridad en la construcción de nuevos esquemas y propuestas de dinámica social.

Considerando lo anterior, es importante destacar algunos datos relevantes que permiten dimensionar el estado actual de los más de 106 millones de jóvenes en Latinoamérica y el Caribe, identificar las problemáticas más relevantes, y apuntalar esfuerzos para la construcción participativa e integral de estrategias de solución.

Educación

En América Latina y el Caribe, 35 millones de adolescentes en edad escolar no asisten a la escuela, lo cual, en gran medida, se relaciona con la considerable situación de pobreza en la región, la cual obliga a las y los jóvenes a incorporarse a temprana edad al mercado laboral o a migrar en busca de mejores oportunidades de vida. Sin embargo, es importante considerar, para analizar esta cifra, la poca pertinencia de muchos de los planes y programas educativos (considerando la enorme diversidad cultural en la región), o la enorme inequidad de oferta educativa entre algunos otros elementos, relacionados con la propuesta de los Estados en materia educativa. En ese sentido, se necesitan procesos que garanticen el diseño participativo de políticas educativas que contribuyan a la creación de espacios para la construcción e intercambio de saberes, garantizando la accesibilidad, asequibilidad, la calidad y la rendición de cuentas en materia educativa.

Paz y seguridad

En Latinoamérica y el Caribe, la violencia es la mayor causa de muertes entre jóvenes y adolescentes de 15-24 años. No solo considerando las relacionadas con actividades criminales, si no también en ámbitos como el domestico o el escolar. Esto refleja un estado de descomposición y fragmentación social, también en gran medida relacionada con la situación de exclusión a la que se enfrenta un gran porcentaje de las y los jóvenes de la región. A pesar de que en los últimos años han surgido propuestas de política pública de tipo preventivo para combatir la violencia en diversos ámbitos, es evidente que resulta necesaria la generación de estrategias integrales que contribuyan a la resolución de muchas de las problemáticas de raíz, y que garanticen la inclusión y el cumplimiento pleno de los derechos de las y los jóvenes en Latinoamérica y el Caribe.

Equidad de género

Hoy en día, en la región las niñas y las mujeres jóvenes siguen enfrentando costumbres arraigadas de estereotipo de género, tales como la división de labores de acuerdo al sexo, distribución desigual de la riqueza, y violencia. En el aspecto económico, las mujeres ganan 30% menos que los hombres en la región y en general el porcentaje de mujeres que desertan de la escuela secundaria en mayor que el de los hombres (19% y 15% respectivamente). A pesar de que muchos países en la región han avanzado en la construcción de marcos jurídicos particulares para garantizar el cumplimiento de los derechos de niñas y mujeres jóvenes, aun hace falta mucho por hacer para la construcción de discursos y prácticas que contribuyan a la erradicación de los estereotipos de género y de mecanismos que garanticen la justiciabilidad ante las practicas inequitativas y violentas contra las niñas y mujeres.

Salud

Hoy en día hay aproximadamente 420,000 adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años que viven con VIH/SIDA en América Latina y el Caribe. En la mayoría de los países de la región, el acceso a los servicios de salud para los adolescentes y jóvenes sigue siendo inadecuado, particularmente en zonas rurales. Por otro lado, año con año, se incrementan los porcentajes de jóvenes con problemas de salud relacionados con adicciones, sobre peso y carencias nutrimentales y además, recientemente se han evidenciado diversas problemáticas de salud emocional presentes en un número considerable de jóvenes a lo largo de la región. De nuevo, aunque muchas de las políticas públicas han generado estrategias de prevención en materia de salud, particularmente enfocadas a niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Es necesario generar políticas integrales que contribuyan a la generación de ambientes saludables y armónicos, que velen por el bienestar de las y los jóvenes latinoamericanos y caribeños.

Buenas prácticas, experiencias positivas, lecciones aprendidas

Frente a esta realidad, se han impulsado, desde diversos ámbitos (principalmente en el sector de la sociedad civil), iniciativas que promueven la participación de jóvenes y su integración a la esfera pública, potenciando sus recursos y fortaleciendo sus capacidades de organización, comunicación, construcción de propuestas y generación de redes.
Es importante destacar que para garantizar el éxito de estas propuestas, es necesario impulsarlas bajo premisas metodológicas que consideren a las y los jóvenes como sujetos activos dentro de estos procesos, incluyéndolos en el diseño, operación y evaluación de las actividades, promoviendo la formación de liderazgos juveniles regionales y la institucionalización de mecanismos de participación juvenil dentro de los marcos jurídicos para la construcción de política pública.

Aunque en los últimos años han cobrado particular relevancia los movimientos juveniles de Chile, México y Perú, en sus exigencias en materia educativa, democrática, de seguridad y de reconocimiento de los derechos laborales de adolescentes y jóvenes, es importante reconocer también a todas aquellas experiencias que en menor escala contribuyen cotidianamente al reconocimiento y ejercicio de los derechos de las y los jóvenes de América Latina y el Caribe.

En ese sentido, cobra vital importancia la generación de herramientas de comunicación y construcción de redes como los diversos espacios que KFLA facilita para los Kellogg Fellows en la región, posibilitando la generación de alianzas, el desarrollo de espacios de análisis y formación de capacidades y la construcción de objetivos comunes que contribuyan a la generación de sociedades más justas, equitativas e incluyentes.

Inti Torres Villegas

Todos los datos fueron tomados de: UNICEF. Hechos sobre Adolescentes y Jóvenes en América Latina y el Caribe (S/A). Consultado en http://www.unicef.org/lac/Fast_facts_SP%281%29.pdf

Image: campanaderechoeducacion.org